La gastronomía asturiana es mucho más que una forma de alimentarse; es una ventana a nuestra historia, nuestras tradiciones y nuestra forma de entender la vida. En cada plato se esconde una historia que merece ser contada.
Asturias tiene el privilegio de contar con una geografía única donde el mar Cantábrico besa los pies de la Cordillera Cantábrica. Esta dualidad ha dado origen a una cocina que sabe combinar como pocas los tesoros del mar con los productos de la tierra.
El mar Cantábrico no solo nos regala algunos de los mejores pescados y mariscos del mundo, sino que nos ha enseñado a tratarlos con respeto y sabiduría. Las técnicas tradicionales de preparación han evolucionado con el tiempo, pero mantienen su esencia:
La huerta asturiana, bendecida por nuestro clima único, nos proporciona productos de extraordinaria calidad:
Aunque no somos una región tradicionalmente arrocera, Asturias ha sabido incorporar este ingrediente a su cocina creando platos únicos. El arroz actúa como lienzo perfecto para expresar los sabores de nuestra tierra:
La ganadería asturiana, favorecida por nuestros verdes pastos, produce algunas de las mejores carnes de España:
La cocina asturiana está viva y en constante evolución. Los cocineros actuales mantienen un delicado equilibrio entre la tradición y la innovación:
Una característica fundamental de nuestra cocina es el respeto por los tiempos:
La gastronomía asturiana sigue evolucionando sin perder su esencia. Los nuevos cocineros trabajan para:
La cocina asturiana es un tesoro vivo que debemos preservar y transmitir. Cada plato cuenta una historia, cada receta es un legado de generaciones anteriores, y cada bocado es una oportunidad de conectar con nuestra rica herencia cultural.
En De Norte a Sur Valentín, como muchos otros restaurantes asturianos, trabajamos cada día para mantener viva esta tradición, adaptándola al presente mientras honramos su pasado.